Contra las ideologías. Por el cambio cultural y la transversalidad ideológica

Capítulo 1 – LA EMANCIPACIÓN POLÍTICA

LA EMANCIPACIÓN POLÍTICA

Desde años atrás se ha ido creando el empoderamiento intelectual necesario que ha dado comienzo -entre otras cosas- a la emancipación política del ciudadano. Pero sobre todo en España, la emancipación se ha producido cuando las personas han dejado de identificarse con el discurso y su práctica, del partido político con el que se sentían reflejados.

Este deterioro de la identificación conlleva el desarrollo de un criterio político propio que conduce a la independencia política del ciudadano desde la que auto motivarse, y que va cambiando poco a poco el diálogo político: del apresado discurso asimétrico de los políticos y periodistas, a la enriquecedora conversación simétrica entre nosotros: en España por fin, todos empezamos a hablar de política con normalidad.

Sin embargo, la pérdida de identificación con el discurso y su práctica de los pretendidos sumos sacerdotes de la política les resta autoridad, lo que supone un deterioro del bienestar intelectual, social y económico del conjunto de una sociedad construída para ser liderada, que tiene la necesidad de delegar funciones, tareas y decisiones, en sujetos que deberían entender a la pluralidad a la que se deben.

Además, estos sumos sacerdotes interpretan la recién llegada soberanía política de las personas como una apropiación indebida que no dudan en descalificar, por esto los ciudadanos empezamos a vivir con extrañeza la normalidad democrática de este país.

LA CONVICCIÓN NO HACE LA CERTEZA

La emancipación política sostenida por empoderamiento intelectual, implica despreciar las medias verdades y las visiones interesadas. La emancipación reflexiva se desagarrota de las limitaciones y renuncia a solucionar con imposiciones.

En gran parte, el empoderamiento intelectual es una batalla por una verdad más amplia contra las apreciaciones subjetivas que muchos tratan como verdades objetivas. Es una batalla de tintes científicos que poco a poco revela la precariedad del argumentario político anterior, las razones interesadas e incluso la falta de creatividad de aquellos que se auto encarcelan en idearios ajenos y en consecuencia nos impiden y censuran soluciones más audaces.

CONTEXTO

Como consecuencia del desencuentro entre los que debían liderar la creación de expectativas, y entre los que no las veían satisfechas ni mucho menos superadas, surgen ciertas fuerzas políticas que creen haber entendido a la sociedad que crece.

Sin embargo, al querer significarse ideológicamente de forma precipitada, quizás por pedagogía, quizás por cálculos electorales, estas nuevas fuerzas no han hecho más que rebajar nuestras expectativas al trocear y repartirse entre sus sacos ideológicos un sentido común que nos devuelven desfigurado.

En definitiva, a lo único a lo que aspiran es a un relevo del enfrentismo, en vez de ofrecernos una transformación del escenario democrático.

Y esta novedad a medias es insuficiente para acabar con el ayuno democrático que se vive en España.

Atrincherados, pues, todos en sus ideologías, es la emancipación política la que ha asumido la vanguardia del pensamiento democrático: la que puede conquistar el mejor porvenir imaginado por las mentes más sensatas.

Por esto la emancipación política es también la emancipación ideológica.

LA TRANSVERSALIDAD IDEOLÓGICA

La colonización ideológica sobre los individuos ha concluido y ninguna de las ideologías principales ha fagocitado ni fagocitará a la otra. Por esto el debate político no puede seguir en la justificación de la lealtad de cada uno a las ideas de su grupo y en el rechazo a las del otro, sino que debe residir en averiguar ante qué escenarios conviene aplicar unas u otras formas de hacer o políticas: la transversalidad ideológica.

La nueva realidad democrática del 20-D y 26-J, revela el acorralamiento o la incapacidad de las ideologías, para seguir asumiendo en nuestro nombre la tarea de encontrar un vector de mejora hacia el mejor porvenir posible, al menos, en este país de sólidas pluralidades. En vez de medirnos entre nosotros y encontrar un camino juntos, seguimos enfrentando a las ideologías cual pelea de gallos, para que se midan entre ellas y mejoren por nosotros este país.

En un país en el que ya estamos posicionados ideológicamente casi al 50% pretender transformarlo o sólo desde un ala o atrayendo a los ideológicamente independientes para decantar la balanza, son vanas formas del pasado: la izquierda sola no puede mejorar este país y la derecha tiene que implicarse en la lucha por unas mejores condiciones para todos.

En España, a favor de la unión territorial creemos que debemos buscar y pensar en lo que nos une y no en lo que nos separa, sin embargo, entre nosotros, nos esforzamos demasiado en separarnos ideológicamente asignándonos y a la vez vetándonos, los unos a los otros de sensibilidades y expectativas democráticas legítimas, causando una reducción de la envergadura intelectual de cada uno y un distanciamiento entre nosotros.

Este sujeto llamado España tiene un claro cuadro bipolar.

POR EL CAMBIO CULTURAL

Si está claro que el lugar común o de encuentro para todos, no son las ideologías, mirando adelante y mirando atrás, nos queda lo cultural.

Para preservar la integridad del sentido común debemos desideologizar las expectativas democráticas de los ciudadanos y, debido a nuestra historia viva, debemos también desemocionar la política y reinterpretar las lealtades y los rencores.

Este cambio cultural, que puede ser amplio e inimaginable, se tiene que articular con las 2 extremidades, porque no puede ser cojo ni tiene que hacerlo un tuerto.

Son tiempos de pedagogía recíproca.

LA CONSTITUCIÓN

En esta España agarrotada rige una Constitución hecha para la paz, no rige una Constitución hecha desde la paz. En esta Constitución para la paz pervivirá hasta que se mejore, una guerra civil mal acabada.

Por esto nos merecemos una nueva Constitución redactada primero desde la paz que nos dió la del 78, y segundo, desde la madurez democrática que ya atesoramos.

También nos merecemos un monumento de reconciliación española* sobre el que proyectar el perdón entre nosotros. Éste es el deber de nosotros los bisnietos de aquella guerra, y el derecho de todos los fallecidos.

Monumento reconciliación española

ESPECIFICACIONES

Lugar: estadio del Valencia FC, Mestalla.

Árbol: Olivo.

PLANTEAMIENTO

Una vez se traslade el Valencia CF al nuevo estadio en la avenida de las Cortes Valencianas, se mantendrá el estadio en pie y se ubicará un olivo en el centro del campo, formando así un conjunto escultórico.

CONNOTACIONES

Al preservarse tanto el estadio como renunciar a una explotación económica del espacio, resulta una implicación de los poderes económicos y políticos que va más allá de las historias personales.

Aunque fuera posible caminar por el terreno de juego, el graderío se transformaría tanto en un foro para la contemplación de un no-enfrentamiento, como en un lugar de encuentro y reunión. A la vez que tanto asiento vacío implica la imagen de las ausencias.

Imágenes obtenidas de internet: foto del estadio de ligaespannola1516.blogspot.com.es y la foto del olivo de pilgrimatthecrossroads.files.wordpress.com

Escrito por Álvaro Pichó en Valencia durante el verano de 2016. Revisado Septiembre 2018.

Capítulo 2 LA EMANCIPACIÓN POLÍTICA: El 15M contado a Podemos